martes, agosto 01, 2006

No estaré solo

Muchas veces me es difícil expresar con palabras aquello que se siente profundamente. Cuando te acercas tanto a la sensibilidad; cuando la tienes a flor de piel; cuando notas que el corazón quiere salir fuera y gritar al mundo su experiencia.... que vacías son las palabras en ese momento.

En ese momento es mi mirada la que toma el control. Todo sale y brota a través de ella... porque soy impotente a ofrecer algo más que enturbie ese mágico momento; ese instante de plácida quietud, compartido o no; solitario en muchos casos por ser tu mismo el que se expone al entorno y se ofrece sin contemplaciones. Todos te ven... y muy pocos son los que saben.

Y ahí empieza la verdad de ti mismo. Una vez que eres y que sientes que tu mismo eres, es hora de afrontar el camino más difícil de recorrer; aquel paseo que te lleva a los demás; a una inmensidad de seres como tu que pugnan en un espacio siempre desconocido. Y poco a poco ves que es un entorno muy hostil, donde lo fácil predomina sobre la sinceridad y el compartir. !! Qué miedo tan increíble existe de mostrar lo que cada uno de nosotros somos !!

Mi bandera es diferente. Tiene color, un color extraño para ojos no entrenados, que se ofrece a todos los que saben leer entre las líneas del paisaje. Todo es lo que se comparte, y eso es lo que muchos no entienden. Partes de un todo que es necesario cerrar. Todos necesitamos a alguien, necesitamos compartir lo que somos para ser. Incongruencias que se sustentan en el yo, porque el círculo se debe cerrar y tú eres una de las piezas.

Las palabras muchas veces dan significado y explicación a nuestros actos, pero nunca pueden llegar excesivamente lejos; se quedan en la piel y sólo hieren cuando conocen; cuando tienen la oportunidad de abrir y derribar las murallas que el otro ha puesto. Y esa fortaleza sólo se destruye si se es un patán que no comprende cuál es la realidad.

El regalo de ofrecerse nunca puede sostenerse ante una actitud recíproca de ataque, que aboca y hace fracasar cada nuevo intento de conseguir la paz que regala el compañero amigo. Un don es aquel que tiene las llaves de muchos y la forma en que las use será aquella que le dé coherencia y sabiduría a su espíritu. Ahí está el don; ser, compartir y escuchar. Mimar cada paso y a cada caminante que sale a tu encuentro.

Pero esto no se consigue fácilmente y muchos han dejado el camino. Ahora tienen otro objetivo: dejar de lado su propia coherencia y seguir su propio sentido negativo de la vida. Los prejuicios, la auto confianza malograda y el egoísmo priman en su conducta... y eso no te ayuda a avanzar, a conseguir ser una persona integra en cuerpo y alma.

El conflicto está servido. ¿Cómo vivir en un mundo extraño para tu interior? En un caos en donde no priman tus valores sino que la sociedad te empuja en una dirección a la que no quieres ir... y todos los que se mueven en la corriente te incitan a ir con ellos. Qué fácil es dar una patada al del al lado, un codazo al vecino y un corte de mangas al de enfrente. Todo es tan fácil que la tentación siempre está ahí, esperando un descuido tuyo para apoderarse de tu alma.

Vuelvo a ver la bandera... y la risa vuelve a surgir. Hace días que la oscuridad me rondaba, pero sé que mi voluntad es más fuerte. Mi camino está marcado y la marcha atrás no es una opción. Ahora debo sujetar bien fuerte la cuerda que me ata a los que están más atrás que yo. No vaciles en el avance, la meta está en cada paso que das y tu presente es el tesoro más valioso que puedes encontrar.

Tiraré y tiraré; recogeré a los que llegan... y mientras tanto me prepararé a mí mismo, tranquilizaré a mi propia verdad para cuando llegue el momento de volver a partir; sabiendo que ese instante está cerca; y lo más importante de todo, que cuando comience a avanzar... no estaré solo.