viernes, septiembre 01, 2006

Una promesa en el viento

La palidez de un semblante.
El precio de un pecado.
La dulce sonrisa de una colina,
y el débil canto del silencio.

Condensar los presentes en una mano,
mostrar tímidamente la mirada
más allá del horizonte de luz
y ver cómo el sueño viene a mí.

Pensar en la clara y espesa mañana,
de un abril que hace tiempo se olvidó,
y que ahora vuelve con fuerza
para recordarme hacia donde voy.

Necesito un espeso manto,
que dé calor a mis huesos húmedos,
que caliente mi oscura conciencia,
que sepa darme cobijo en esta noche incierta.

Una delgada línea me separa de mí mismo,
un instante sólido que soy capaz de saborear,
que siente y sufre por mí,
por no cumplir con lo pactado.

Una promesa y una rosa en el viento,
una conjetura encubierta con el olor del rocío,
una nube se acerca
y me atrapa dulcemente entre sus brazos.